4 meses de pandemia

Por: Adriana Muñoz D’albora, senadora

Se han cumplido cuatro meses desde que la pandemia COVID 19 llegó a nuestro país. Parece lejano hoy ese 3 de marzo, en que se informó de la confirmación del primer caso.

Los contagiados en nuestro país se acercan rápidamente a los 300.000, una de las mayores cifras en el mundo. Mientras, los muertos probables ya serían unos 10.000, más de 6.000 de ellos, confirmados con PCR. Las unidades de cuidados intensivos en todo el país siguen al límite de sus capacidades, con un enorme esfuerzo del personal de la salud.

En lo económico, las cifras de desempleo y de caída de la actividad económica superan los dos dígitos. Si se suman los desempleados y las personas afectadas –porque no son beneficiadas, como algunos dicen- por la ley de protección del empleo, nos acercamos a 2 millones de personas, viviendo con ingresos precarios.

Lamentablemente, el final de este largo túnel parece aún lejano. Los focos están aún muy activos en las regiones de Antofagasta, Valparaíso, Santiago, O’Higgins, Maule y Bío-Bío. Otras, como el caso de Coquimbo, si bien no alcanzan las tasas de las anteriores, preocupan por su crecimiento.

He respaldado la solicitud del Colegio Médico de decretar una cuarentena preventiva en Coquimbo, La Serena, Ovalle y Montepatria, con el objeto de detener los contagios, antes que ellos se sigan expandiendo. Lamentablemente, aún no se adopta esta decisión. Ojalá no llegue demasiado tarde.

Si bien el Gobierno ha señalado que, a nivel nacional, se ven signos de mejoría, no hay que caer en el relajo y la confianza excesiva. Eso ya nos ocurrió una vez, con la nueva normalidad y las optimistas proyecciones de pronta apertura de malls y los augurios de reuniones a tomar café.

Por el contrario, es el momento de seguir perseverando en las medidas de autocuidado, el lavado de manos, la distancia social, procurar mantenerse en casa y, también, es necesario que las autoridades refuercen las medidas sanitarias, antes que las situaciones en algunas comunas empeoren.

Sigue siendo fundamental profundizar la pesquisa, trazabilidad y aislamiento de los nuevos casos. Para ello es imprescindible la coordinación con la atención primaria, que se dejó inexplicablemente de lado, en una primera etapa. Experiencias en otros países muestra que a estas alturas hay que salir a buscar los focos en lugar de esperarlos.

Es urgente, también, que haya agilidad en la distribución de las ayudas sociales, como el Ingreso Familiar de Emergencia. Ello es fundamental para que las familias puedan cumplir con las cuarentenas.

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